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ACEDIS FormaciónLas expresiones tener beneficio y tener caja se refieren a aspectos diferentes del negocio y esto es algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de gestionar una empresa. De hecho, mientras que el beneficio empresarial se halla sujeto a criterios de interpretación como aquellos que subyacen cuando dotamos una amortización o una provisión contable, la caja responde a una realidad, la que define la diferencia entre el efectivo al final y al principio de un período determinado. Bajo esta premisa, nos podemos encontrar con la aparente contradicción que supone que una empresa pueda tener beneficio y no generar caja o, aunque menos habitual, generar caja y no tener beneficio.
Este curso de Gestión de Tesorería - Cash Management supone una completa y actualizada guía de los elementos que deben tenerse en cuenta en la gestión de tesorería de una empresa, a fin de que el alumno tenga un conocimiento exhaustivo de los mismos. Para lograrlo, repasaremos las claves de dicha gestión, con las recetas y con las buenas prácticas que deben tenerse en cuenta en el ámbito de la gestión empresarial.
Por tanto, este curso es adecuado para empresarios y para cualquier persona que haya de responsabilizarse, en su quehacer diario, de la gestión de cobros y pagos de un negocio, o de ocuparse de asesorar a empresas en este área, a fin de adecuar la corriente de cobros con la de pagos, para garantizar un nivel adecuado de liquidez para el normal desarrollo de la actividad. El alto contenido práctico de esta actividad formativa contribuirá a una mejor asimilación de los conceptos expuestos y a que el alumno logre un aprendizaje significativo de la materia.
Este curso es adecuado para cualquier persona que deba responsabilizarse de la gestión de cobros y pagos en la empresa, o que esté interesado en desarrollar su carrera profesional en este ámbito.
El objetivo fundamental de este curso es que, a su término, los alumnos sean capaces de adecuar la corriente de cobros con la de pagos, a fin de que sean capaces de contribuir a garantizar un nivel adecuado de liquiedez en las empresas en las que trabajen o a las que asesoren; y que, de este modo, las organizaciones puedan continuar con el normal desarrollo de su actividad económica.